Una pareja de policías fue sorprendida teniendo relaciones en un móvil oficial, mientras que un jefe penitenciario protagonizó un accidente alcoholizado y con droga en la billetera.
El fin de semana en San Rafael quedó marcado por dos escándalos que involucraron a miembros de las fuerzas de seguridad de Mendoza. Por un lado, una pareja de efectivos de la Policía Vial fue sorprendida manteniendo relaciones sexuales durante su horario laboral, y por el otro, un jefe del Servicio Penitenciario protagonizó un accidente de tránsito manejando alcoholizado, mientras portaba cocaína en su billetera. Ambos episodios son investigados por la Inspección General de Seguridad (IGS), que ya dispuso la separación de los involucrados y la apertura de sumarios administrativos.
El primer incidente tuvo lugar en la madrugada del domingo, en una obra ubicada en calle La Vilina. El sereno del lugar, alertado por los ladridos de sus perros, descubrió un patrullero de la Policía Vial estacionado en las cercanías. Al acercarse con una linterna, encontró a un hombre y una mujer, ambos uniformados, teniendo relaciones sexuales fuera del vehículo. Al ser descubiertos, los efectivos huyeron rápidamente en el móvil, pero no evitaron que el sereno denunciara el hecho, lo que derivó en la intervención inmediata de sus superiores y de la IGS.
El segundo hecho ocurrió horas más tarde, cuando un jefe penitenciario chocó con su vehículo en la intersección de las calles Segovia y Barcala. Tras asistir a un asado, fue sometido a un control de alcoholemia que arrojó un resultado de 1,98 gramos de alcohol por litro de sangre, casi triplicando el límite permitido. Para agravar aún más la situación, durante el procedimiento policial se le encontró una dosis de cocaína en su billetera, lo que sumó otro elemento de investigación y una doble imputación en su contra.
Ambos casos generaron una fuerte preocupación entre las autoridades de seguridad de Mendoza, que buscan aplicar sanciones ejemplares para estos comportamientos que afectan gravemente la imagen de las instituciones. En los tres casos, los involucrados fueron apartados de sus cargos y derivados a Sanidad Policial para realizar pericias psicológicas y médicas, según confirmaron desde la IGS.
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